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sábado, 16 de marzo de 2013

Construiran una isla para almacenar energía eólica























Según el Consejo Internacional de la Energía Eólica, dentro de diez años el viento sería capaz de abastecer una décima parte de los requerimientos de la energía a nivel mundial, mientras que esa cifra podría duplicarse dentro de veinte, siempre y cuando los gobiernos y sectores privados sigan aunando sus esfuerzos para concretarlo.
Uno de los proyectos que en la actualidad apunta en esa dirección está siendo impulsado por Bélgica, país que pretende eliminar paulatinamente su producción de energía nuclear, reemplazándola por la eólica. Para ello, se pretende montar toda una isla artificial dotada con molinos de viento en el mar del Norte, similar a la Isla de energía verde pensada para Dinamarca.
La idea del gobierno belga es que allí -a tan sólo tres kilómetros de la costa- no sólo se produzca, sino que también se almacene este recurso abundante, renovable y limpio.
Acorde a lo señalado por Johan Vande Lanotte, ministro del mar del Norte en Bélgica, “Gran parte de la energía que producen nuestros molinos de viento se pierde cuando la demanda de electricidad no es consecuente con la producción”. Es por esta razón que la forma de la isla será de rosca (o dona): en su centro se emplazará una turbina de agua que será alimentada con la energía que no se utilice, evitando así su desperdicio.
Una vez pasados los cinco años que, se calcula, llevará poner a punto esta isla artificial, el país europeo espera producir en ella 2.300 megawatts, los cuales podrán suplir los 3.000 megawatts que genera actualmente con sus dos reactores nucleares.
Por el momento, la isla artificial es sólo un proyecto que, probablemente, llegue a formalizarse a finales de 2013. Recién en ese entonces se podrá proceder con la construcción de la infraestructura requerida para su confección. El presupuesto que se necesitará para ello no ha sido informado todavía, pero, según Lanotte, la intención es que los fondos provengan de firmas privadas.
Con todo, el proyecto ya generó debates y controversias. Una de las voces que pudo escucharse por estos días (vía BBC Mundo) fue la de Garreth Harrison, experto en ingeniería energética y catedrático de la escuela de ingeniería de la Universidad de Edimburgo, en el Reino Unido, quien subrayó que, si bien el plan es “interesante”, debería combinarse con otras alternativas, como por ejemplo la implementación de un sistema de interconexión a nivel europeo en el que, en lugar de almacenar energía eólica, se la comparta entre diversos países.
Sin dudas, mientras esperamos verla flotando sobre el mar del Norte y puedan apreciarse sus primeros resultados, seguiremos escuchando opiniones encontradas sobre esta isla-batería belga. 

ROBOBEES: Microrobots como respuesta al declive mundial de Abejas



































Ante el alarmante declive de la población de abejas a nivel mundial que se viene registrando hace varias décadas, una pregunta repiquetea con fuerza: ¿quién ayudará al viento en su tarea de transportar el polen de las flores? El riesgo de que esto deje de suceder incluye toda una cadena de consecuencias que debe ser contrarrestada antes de que sea demasiado tarde.
Teniendo esto en cuenta, un equipo compuesto por científicos de las universidades de Harvard y Northeastern está trabajando para poner a punto Robobees, enjambres de robots que podrían hacer el trabajo de las abejas reales de llegar a ser necesario.
Para ello crearon pequeños autómatas que se sirven de los avances de la microrobótica para imitar las especificidades físicas, la forma de volar y el comportamiento de los insectos productores de miel.
Uno de los grandes desafíos con los que se toparon sus creadores fue el poder hacer que las abejas artificiales lograran controlar su vuelo de forma autónoma. Para resolverlo, dos‘actuadores’ fueron colocados debajo de las alas mecánicas, permitiéndole a cada dispositivo programarse y hacer maniobras en el aire. Esta autonomía se refuerza con microsensores que le permiten decodificar las señales ambientales y procesadores que lo habilitan a tomar decisiones sobre qué hacer durante la marcha.













El siguiente paso que este proyecto busca dar es el de coordinar a un gran número de individuos que juntos puedan interactuar e imitar el funcionamiento de los enjambres silvestres para emprender tareas de forma más rápida, fiable y eficiente que ellos.
El objetivo es que dichos grupos de insectos robóticos sean capaces no sólo de polinizar flores, sino también de explorar ambientes peligrosos (como zonas de desastre nuclear), realizar vigilancia militar y de tráfico, así como mapeos climáticos, entre otras actividades.
Si bien las esperanzas y esfuerzos apuntan a lograr la supervivencia de las abejas que crecen y se reproducen por su cuenta, el proyecto de las colmenas Robobees podría llegar a ser una alternativa de emergencia ante su desaparición o la disminución extrema de su población en el futuro.

PARRILLA SOLAR PODRÍA AYUDAR A FAMILIAS DE BAJOS RECURSOS






















En diversos lugares del mundo, hacer un asado, parrillada o barbacoa no es sólo una forma de preparar determinados alimentos, sino que engloba además un verdadero símbolo de reunión y tradición insustituible.
Pero, si lo pensamos un segundo, el uso de carbón o leña que implica este proceso de cocción no es el mejor en términos medioambientales ni prácticos. Es por esto que el proyecto que un grupo de estudiantes del Massachusetts Institute of Technology están desarrollando puede resultarle a más de uno muy tentador.
Se trata una parrilla solar que puede funcionar al aire libre y de noche gracias a su capacidad de recoger y almacenar energía térmica proveniente de los rayos del sol, con la cual es posible cocinar durante 25 horas seguidas a temperaturas superiores a los 450 grados Fahrenheit. Esta innovación se obtuvo gracias a la tecnología desarrollada por David Wilsonse, profesor del MIT.























“Hay muchas cocinas solares por ahí”, afirmó Wilson, “pero, sorprendentemente, no muchas usan el almacenamiento del calor latente como un atributo para cocinar los alimentos.”
Ese fue el disparador de Wilson para su sistema. El mismo consiste en una lente de Fresnelque aprovecha la energía del sol para derretir un contenedor de nitrato de litio, sustancia que actúa como si fuera una batería solar. Debido a su reacción de cambio de fase, la energía térmica es capaz de ser almacenada por períodos más largos de tiempo y a temperaturas más altas. Finalmente, el calor es redistribuido por convección, permitiendo cocinar al aire libre.
La idea original de fabricar una parrilla de estas características irrumpió en la mente de Wilson tras un viaje que realizó a Nigeria, en el que pudo observar los serios inconvenientes relacionados con la práctica de cocinar con leña que sufren las familias de la zona. Entre ellos se encuentran el alto nivel de mujeres que son violadas durante la búsqueda diaria de este recurso; el aumento constante de la deforestación; y los problemas respiratorios generados por la inhalación de humo en lugares cerrados.








Por ello, el estudio que están llevado a cabo los universitarios Derek Ham, Uva Eric, y Vardouli Teodora como parte de un curso de emprendimientos llamado I-Teams (que es la abreviatura de “equipos de innovación” en inglés) del MIT es ideal para testear el diseño de su profesor.
A pesar de que su trabajo está centrado en crear una nueva parrilla para poblar los patios estadounidenses, su plan de negocios contempla la distribución de dicho implemento en distintos países subdesarrollados como una fuente alternativa para cocinar. Puede que dentro de unos años, este prototipo se transforme en una solución a los problemas observados por Wilson tiempo atrás.

viernes, 15 de marzo de 2013

UNA PELOTA DE FÚTBOL QUE GENERA ENERGÍA RENOVABLE CON CADA JUEGO
























Que el fútbol despierta pasiones es algo que comprobamos semana a semana, pero que tiene la capacidad de iluminar regiones carenciadas de forma barata y limpia es algo nuevo y sorprendente.
Esto es así gracias a dos egresadas de la Universidad de Harvard que formaron la empresa Uncharted Play, desde la que desarrollaron el prototipo de una pelota capaz de producir energía por medio de un generador ubicado en su interior, el cual se sirve ingeniosamente de la energía cinética involucrada durante el juego.
















Soccket está hecha con un caucho etileno-acetato de vinilo suave y resistente al agua. Además, siempre está lista para ser usada ya que no hay que inflarla ni pierde aire.
Su peso es de 482 gramos, es decir, un poco más elevado que el de una pelota número cinco. Dicha diferencia se debe al sistema que lleva dentro: una especie de péndulo que hace girar un generador que alimenta una batería recargable. Es a esta última a la que se conecta una lámpara LED capaz de iluminar espacios que no cuentan con red eléctrica.
Acorde a los datos arrojados por Uncharted Play, con tan sólo 30 minutos de partido –menos de lo que dura un tiempo- se logran tres horas de luz portátil. Nada mal, ¿no?
















Mediante la ayuda de diversos sponsors, algunas partidas de Soccket ya fueron distribuidas en zonas de escasos recursos de países africanos y latinoamericanos. Luego de comprobar su eficacia y durabilidad, la empresa está lista para lanzar masivamente su producto al mercado. Pero para poder hacerlo requiere de una mayor inversión, por lo que emprendió una campaña de financiamiento colectivo en Kickstarter.
En base a los adelantos que se logren con la recaudación, Uncharted Play promete incluir accesorios como un adaptador para cargar celulares y un medidor que indica la cantidad de energía almacenada en la pelota.
La campaña estará abierta hasta el 28 de marzo, fecha en la se debería alcanzar la cifra de 75.000 dólares. Por el momento, Soccket recibió 36,809 dólares, casi la mitad del objetivo final.
Cabe recordar que las personas que viven en zonas rurales y en países en vías de desarrollo muchas veces utilizan como fuente de luz lámparas de queroseno, altamente tóxicas. Fuentes de iluminación limpias ayudan a los chicos a realizar tareas escolares y a los padres a realizar tareas domésticas con mayor comodidad.


NEST, EL TERMOSTATO REVOLUCIONARIO DISEÑADO POR INGENIEROS DE APPLE







El alto consumo de energía es uno de los principales problemas medioambientales que aquejan a nuestra sociedad. Mientras que algunos gobiernos realizan esfuerzos por incorporar fuentes alternativas, los expertos en tecnologías buscan hacer lo propio a través de la creación de aparatos más eficientes y sustentables.
En sintonía con esta tendencia, los ingenieros estadounidenses Tony Fadell y Matt Rogers desarrollaron el termostato inteligente Nest. Se trata de un sencillo y atractivo aparato de acero inoxidable que revolucionó al mercado por contar con funciones nunca antes vistas en productos de su tipo. Nest es capaz de aprender los hábitos de los integrantes del hogar para ayudar a mantener una temperatura confortable ahorrando energía.
La idea de Nest comenzó a dar vueltas cuando Fadell, empleado de Apple, se mudó de su casa y debió comprar un termostato para un uso más eficiente de la energía. Se encontró con un mercado plagado de productos costosos y muy poco útiles, por lo que decidió hacer su propio diseño. Al pedir la colaboración de Rogers, ambos dejaron su empleo en la famosa compañía para dedicarse a desarrollar este proyecto. Así surgió Nest, un aparato con múltiples funciones que ya se comercializa en Estados Unidos y Canadá a un precio de 250 dólares.
A los pocos días de ser instalado, el termostato registra en su rutina de programación los movimientos típicos del hogar, de acuerdo a las costumbres de sus habitantes. Esto lo vuelve capaz de autoprogramarse, estableciendo la temperatura adecuada. Sus sensores de movimiento permiten determinar cuándo hay gente y cuándo no, y al acercarse indica cuál es la temperatura actual de la casa. El sistema permite ver cuándo se está ahorrando energía y cuanto tiempo tardará la habitación en alcanzar determinada cantidad de grados centígrados.
































Pero además de detectar los cambios internos, el aparato también puede registrar los externos: conoce las condiciones meteorológicas y hasta los pronósticos, de modo tal que actúa teniendo en cuenta esos condicionantes.


Además, la particularidad de Nest es que se encuentra constantemente conectado a la red, lo que permite que sea controlado y programado desde dispositivos externos como celulares o computadoras. Así, cuando alguien está por volver a su casa puede dar la orden de encender la calefacción o el aire acondicionado para al llegar encontrarse con una temperatura agradable.
Este mecanismo inteligente permitiría ahorrar entre un 20 y un 30 por ciento de energía, lo que se traduce en 173 dólares al año por usuario.
Incentivados por el ahorro y la novedad, los consumidores de Estados Unidos y Canadá han recibido muy bien a este aparato que se puede comprar a través del sitio de Nest, Amazon o las Apple Stores, entre otros. Gracias a esta respuesta, la empresa planea seguir creciendo para que su producto tenga un mayor alcance en el mercado nacional e internacional.